30 de noviembre de 2013

El conflicto energético

"Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego" Proverbio árabe

A comienzos de junio de 2008 el precio, tanto del barril WTI como del Brent, superó los 140 dólares. El mundo entero se volvió entonces hacia Arabia Saudita, país tradicionalmente utilizado como productor de respaldo, pidiéndole que aumentara su producción para responder a la demanda y estabilizar los precios. Arabia Saudita no pudo hacer más porque se encuentra al límite. Ese hecho marca el fin de una era.

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Fuente: blogsalmon.com
La OPEP trató de ayudar a reducir las fluctuaciones del precio mediante el aumento o la disminución de la producción y mantener así el precio del barril más estable de lo que habría sido sin esa intervención. Pero la mayoría de los países que pertenecen a esta organización están registrando límites en su capacidad de producción y un alza en sus consumos internos, necesarios para poder mantener una cierta estabilidad social por otro lado cada vez más convulsa. Por tanto las posibilidades de garantizar una producción suplementaria son cada vez menores.

Fuente: mazamascience.com

Fuente: mazamascience.com
Históricamente las alzas de precio de la energía siempre han llevado a una recesión. En realidad, la recesión comenzó un poco antes y resultó ser más profunda y persistente que ninguna otra en las últimas décadas. Eso se debe a que se había hecho más o menos inevitable una crisis financiera debido a la existencia de una gran cantidad de burbujas en el sector inmobiliario y en los mercados financieros.

La aspiración de nuestra sociedad a un perpetuo crecimiento económico se basa en la hipótesis de que siempre tendremos a nuestra disposición crecientes volúmenes de energía a bajo costo para alimentar nuestras máquinas destinadas a la producción y a la distribución. Ese afán al crecimiento se ha institucionalizado a través de los niveles de deuda. Cuando los volúmenes de energía disponibles empezaron a estancarse o a disminuir, el castillo de naipes del mundo financiero se vino abajo, ya que lo cierto es que nuestro actual sistema financiero no puede funcionar en un mundo en que los recursos energéticos están disminuyendo. Están intrínsecamente ligados. Al dispararse el precio de los hidrocarburos, la economía se ve gravemente afectada. 

Los hombres siempre han peleado por los recursos esenciales. Los recursos energéticos en hidrocarburos que alimentaron la sociedad moderna escasean y son caros, lo que hace previsible un aumento de la cantidad de conflictos por el control de esos recursos. Quienes tomas las decisiones políticas tienen que prever en qué lugares donde pueden estallar esos conflictos, y también tienen que tratar de evitarlos. El único medio de lograrlo es reducir la competencia por el acceso a esos recursos disminuyendo la dependencia allí donde es posible hacerlo, estableciendo acuerdos sobre la limitación de la producción y el consumo de energías fósiles mediante protocolos concertados de manejo de la escasez.

Eso exige un cambio radical en las posiciones de los jefes de Estado, claramente influenciados por los mercados financieros. Hoy en día, su postura gira únicamente alrededor de cómo obtener la ventaja de la competitividad. Buscan cómo salir victoriosos de los conflictos energéticos más que la manera de evitarlos. Pero con el crecimiento de la población mundial y la disminución de los recursos, esa forma de pensar se hace cada vez más peligrosa.

1 comentario:

Camino a Gaia dijo...

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Eso se refleja en el crecimiento de los partidos xenófogos y ultranacionalistas.
Avanzamos a escenarios políticos previos a la segunda guerra mundial.
Un saludo

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