19 de agosto de 2013

Eclipse

"Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos" Antonio Porchia

En el terreno de la mitología, no ha existido civilización o cultura en la historia de la humanidad que no haya sentido una extraña fascinación por los eclipses, generalmente asociados a desastres y adversidades. En el campo de la Astronomía, un eclipse se define como la ocultación transitoria, total o parcial, de la luz procedente de un cuerpo celeste debido a la interposición de otro. Como sustantivo proviene del griego ekleipsis, cuyo significado es "desaparición", "ocultación" o "abandono".

Archivo: Luna eclipse.gif
Eclipse lunar. Fuente: wikipedia.org

La sociedad actual requiere para mantener su nivel de vida y confort, un alto consumo energético. Pero con anterioridad a la masiva explotación de los combustibles fósiles iniciada con la Revolución Industrial, las diversas comunidades eran mesuradas y ahorradoras con la energía. Los diferentes procesos estaban pensados para optimizar al máximo los escasos medios disponibles. El objetivo consistía en establecer un desarrollo sostenible, manteniendo el nivel de actividad, transformación y progreso, ajustando las necesidades a los recursos existentes y evitando los gastos energéticos excesivos e innecesarios.

Los grandes avances tecnológicos generados a partir del desarrollo de una materia prima abundante y rentable energética y económicamente, permitieron disponer a las sociedades de unas cantidades cada vez mayores de energía. La causa de tal excedencia de recursos es que las siguientes generaciones nos hemos despreocupado por los diferentes usos y procesos energéticos, y sin embargo somos totalmente dependientes de estos sobrantes de energía para poder seguir siendo indiferentes.

Actualmente se promueve el uso de la eficiencia energética como relación entre la energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos, fomentando un comportamiento sostenible en su uso. La eficiencia y el ahorro energético están directamente relacionados. Similar a lo ocurrido 200 años atrás, pero en esta ocasión debido a que los recursos principales han entrado en declive. Por tanto hemos de tener en cuenta todos los procesos que existen tras la generación y transformación de energía.

Al igual que en un eclipse, hemos ignorado la realidad escondida tras el producto o servicio final. Esos procesos ocultos son los conocidos como energía gris o energía incorporada. Es un concepto de compatibilidad ambiental que hace referencia a la cantidad de energía primaria comercializada que ha sido consumida durante todas las fases del ciclo de vida de un material, producto o servicio. Un balance de energía gris contabiliza aquella energía empleada en la extracción, refinación, transformación y transporte de las materias primas; la concepción, diseño, fabricación y comercialización del producto o servicio; su utilización o aplicación; el desmontaje o despiece, la retirada de residuos, el reciclaje de materiales, la reutilización de componentes y el aprovechamiento de energía. 

Nos podemos hacer una ligera idea de la importancia de este concepto, no sólo como indicador de eficiencia ambiental, sino como expresión de la cantidad de energía consumida a medida que un proceso avanza, con un ejemplo que expone el ingeniero Carles Riba en su libro "Recursos energéticos y Crisis";

-Imaginad que tenemos que fabricar una lata de aluminio para refrescos. La masa aproximada de una lata de este tipo es de unos 25 gramos. Si el aluminio es de primera obtención, debemos hacer una inversión energética (energía gris) de 5,45 MJ (1,52 kWh). Si a un autobús de 15.000 kg con un rendimiento de su sistema propulsor del 20% y un coeficiente de resistencia al rozamiento de 0,025 se le aplicara la energía invertida en la lata de aluminio, avanzaría 300 metros en llano.-

Fuente:  www.es.lowtechmagazine.com
Evitar perder la energía invertida es uno de los motivos principales para defender y fomentar el reciclaje de los materiales. Siguiendo el ejemplo de la lata de aluminio, para reciclarla se emplearía una energía de 0,75 MJ, que restados de los invertidos en su primera obtención, nos indica que recuperamos 4,70 MJ por cada envase reciclado para un nuevo uso.

Los sistemas de producción se han basado en una energía barata y abundante. Nos hemos permitido derrochar los excedentes energéticos considerando únicamente los beneficios económicos. Sólo hemos pensado en el producto final sin tener en cuenta el recorrido, cuando una de las primeras consecuencias de la escasez de recursos no es sólo el incremento de coste de la materia prima, sino el encarecimiento de toda la cadena productiva.   

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